martes, 31 de enero de 2012

El camino a casa

Cuando el hijo recuerda y comienza a narrar la historia de sus padres, vislumbra el sentimiento de su madre. Al reconstruir la historia reconstruye su sentido y ello le ayuda a comprenderla.

Es la historia del camino de la experiencia trascendental. Un camino que está marcado por momentos de presencia del amado muy fuertes que son recordados durante los períodos de ausencia.

Hacen aparición también símbolos sacramentales que mantienen viva la presencia del ausente. En varias ocasiones, aparece la desolación y la frustración por no estar al lado de la persona amada. Se nos presenta una secuencia de escenas que parecen tener en común la tensión de una relación que ha impactado la vida de dos personas a profundidad, pero que no logran consolidar su anhelo de estar juntos para siempre.

Es posible delinear un tipo de relación único, marcado por la libertad del corazón que elige mutuamente al ser amado, que requiere de fuertes dosis de espera, de ilusión, de entrega incondicional, de cuidado por el otro y de fidelidad. Una relación que es capaz de ir más allá de las convenciones sociales y que se aventura a expresarse de manera espontánea.

Estas notas nos pueden ayudar a ubicar la historia de Israel con Dios.
Una historia:
•    Marcada por la ausencia, el amor, la espera, etc.
•    De un amor libre.

Y un Dios:
•    Que se revela como caminante, inaugurando un tiempo lineal.
•    De la promesa.
•    Que no tiene diosa, sino que su amor es el pueblo.

Asimismo, se descubre un Israel que camina guiado por sacramentos, como mediación para mantener la atención.

     Ahora bien, dando un salto en la interpretación del filme y haciendo un parangón con el Cristianismo podríamos considerar los siguientes datos:
     El hijo toma el lugar del Padre y lee el mismo ‘texto’ que el Padre leía.
     La voz del Hijo evoca a los habitantes del pueblo aquella voz del Padre que tanto los había cautivado.
     La comida representa el valor de la vida que es alimentada en el comer y en el creer, a través de los símbolos.
     Se deja claro el valor de la comunidad por sobre el individuo cuando la madre ofrece sus ahorros para la reconstrucción de la escuela.